"La vitalidad se revela no solamente en la capacidad de persistir sino en la de volver a empezar". Francis Scott Fitzgerald.

OPINIÓN

miércoles, 2 de octubre de 2013

EDITORIAL


Corta reflexión a partir del debate suscitado por la publicación de una fotografía en la página de Facebook “Casanare”.

A la publicación de este escrito la fotografía de un presunto asaltante “dado de baja” por la víctima de un caso de fleteo en el barrio Los Helechos de la ciudad de Yopal  ha sido observada a través de la internet por más de 15.000 personas en un periodo de 8 horas. Dicha imagen acompañada de cientos de opiniones abre para los administradores de la página como a sus seguidores  un debate sobre la violencia, la seguridad y  la forma como se presenta o recibe la información que llega a través de este tipo de medios. 

Minutos después de subir la fotografía uno de ellos decide que debe disculparse frente a los seguidores por la forma “amarillista” en que había sido presentada la información. La corrección de paso buscó dirigir el debate a la necesidad de presentar las opiniones de forma seria y argumentada, con el fin de comprender mejor los hechos de  violencia que están ocurriendo en el país y el departamento. Si bien esta acción se consideró como positiva para algunos lectores, para otros, lo fue innecesaria pues consideraban que era justo que el general de la sociedad Casanareña observara con sus propios ojos la ” toma de justicia” ante “tantos abusos”.

Un ejemplo y punto de comparación con este suceso informativo lo encontramos en la forma como los grandes medios de comunicación nacionales y de corte amarillista presentan los cadáveres de guerrilleros, soldados y víctimas de la inseguridad en las grandes ciudades. Todos los días sus portadas o titulares nos atemorizan con las semillas del mal que encontramos regadas por Colombia.
Con relación a la “opinión pública” y su forma de actuar frente a estos hechos podríamos decir que ella misma habla por el  país y la sociedad  que tenemos, en la cual, la cultura del  espectáculo, la sobre posición de  imágenes y el lenguaje de la violencia nos presenta como un imposible;  es el país fraccionado, del miedo, del rencor, de los radicalismos, la lucidez de algunos y principalmente la ignorancia de las mayorías. 

Por otra parte cuando Cali se encuentra en la cuarta posición de  las ciudades más peligrosas de América Latina y Medellín se sacude por historias desgarradoras de adolescentes descuartizados por  cruzar  fronteras invisibles,  desempolvando  el alma de una de las ciudades “más innovadoras del mundo”, a Casanare retoma la sombra de la inseguridad y la violencia  (que al parecer nunca se fue) despertando los miedos y odios del pasado.

Hablar en serio de las posibles respuestas y soluciones partirá de las observaciones hechas por el  analista Juan Carlos Garzón sobre la violencia que seremos, incluso después de lograr la paz política y terminar con parte de nuestro conflicto armado interno:

“En resumen, la violencia que seremos lleva inscritos en su ADN la debilidad institucional, la transformación criminal, la herencia del narcotráfico y la fallida guerra contra las drogas, la corrupción persistente, la incapacidad del Estado y de la sociedad para ofrecer oportunidades y protección a los jóvenes, así como la existencia de prósperas y renovadas economía ilegales.” .